York examina el tema de la misión presente en las Escrituras, el cual considera como la lente de continuidad que enfoca la Biblia. El plan de Dios siempre ha sido una bendición redentora para las naciones. York desafía a los creyentes a unirse a la misión de Dios en su búsqueda redentora de las naciones mediante el poder del Espíritu Santo.
Para quienes se preguntan cuál es la tarea de la iglesia para el futuro, Misiones en la Era del Espíritu tiene una respuesta contundente: «Que todos los que contemplan la misión de Cristo se llenen del Espíritu Santo, se preparen al máximo, confíen en la bendición divina y corran a la batalla. ¡Y corran para ganar!».