Como cristianos, afirmamos que las Escrituras son nuestra guía suprema hacia toda la verdad y la justicia (Sola Scriptura). Sin embargo, algunos desean ir más allá y afirmar que es nuestra única guía. ¿Pero cómo podemos explicar la notable perspicacia e integridad moral que muchos incrédulos parecen mostrar? De hecho, ¿cómo explicar las innumerables formas en que los propios creyentes navegan por el mundo basándose en el conocimiento y la intuición no siempre derivados exclusivamente de las Escrituras? ¡Bienvenido a la doctrina de la Ley Natural!