- En Latinoamérica, vivimos tiempos en los que el evangelio de Jesucristo está siendo diluido, comprometido, vendido y negociado. Esto sucede porque hemos desplazado la Palabra de Dios y el evangelio a un segundo plano para dar paso a doctrinas y prácticas llamativas, pero antibíblicas. Por tal razón, la iglesia de hoy y sus líderes tienen la responsabilidad de pararse en la brecha y defender nuevamente lo que debe ser su centro de gravedad : la Palabra de Dios. Solo así podremos impactar a esta generación como Dios desea, con Su verdad, por Su poder y para Su gloria.
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