- Cuando experimentas lesiones emocionales, miedo, vergüenza u orgullo, tu primer impulso es ocultar las partes heridas de ti mismo de Dios, de los demás e incluso de ti mismo. A menudo has aprendido estos patrones de ocultación durante la infancia para protegerte en un entorno amenazante. El problema es que cuando ocultas tus heridas y fragilidades, te aíslas de las mismas cosas que necesitas para sanar y madurar. Lo que servía como protección para un niño se convierte en una prisión para un adulto.
- Tapa Flexible
Encierro voluntario
$13.99
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- 134015
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