Larry Crabb llega al corazón de la base bíblica sobre el matrimonio, que es la relación una sola carne. Él sostiene de manera convincente que las necesidades más profundas del ser humano, seguridad y significado, finalmente no las puede satisfacer el cónyuge. Debemos recurrir al Señor y no a éste, en búsqueda de su satisfacción. Esto da libertad a las parejas para llegar a la “unidad del alma” y el compromiso de ministrarse a las necesidades de manera mutua en lugar de manipularse el uno al otro para satisfacerlas.