En El Dios que nunca conocí, Robert Morris explica claramente que el deseo principal del Espíritu Santo es una relación para ofrecernos el ánimo y la guía de un amigo de confianza. Este libro revelador y con base bíblica va más allá de la jerga teológica, la tradición religiosa y los conceptos erróneos para aclarar lo que el Espíritu Santo promete hacer en su vida:
– Morar en usted
– Ser su ayudador
– Guiarlo a toda verdad
– Consolarlo
– Orar por usted
– Mostrarle las cosas que vendrán
– Nunca dejarle solo