Enriquece tu matrimonio con sólo unos minutos cada día, descubriendo el poder y el privilegio de orar con tu pareja.
Puede que estés entre los que se sienten incómodos orando con su cónyuge. Está bien. O tal vez tu día esté demasiado ocupado, o sus horarios no concuerdan para reunirse a orar por unos minutos. Eso también está bien.
La autora Cheri Fuller lo ha experimentado y conoce los retos que enfrenta una pareja al exponer sus necesidades y preocupaciones delante del Señor.