- Cuando te esfuerzas al máximo por alguien, das el primer paso. Cuando Dios da lo mejor de sí a través de ti, experimentas el segundo paso. Esto solo puede suceder cuando permites que Cristo, en tu interior, te domine y te capacite para lograr lo que es imposible para tus capacidades naturales. Mientras otros te ven en el primer paso, ven a Cristo en el segundo. Esta milagrosa vida cristiana te llenará de más tiempo, energía y paz. ¡No podrás evitar dar más libremente! Porque Dios no recompensa tu deber, bendice tu relación con su Hijo. Es hora de experimentar una vida radical. ¡Es hora de entrar en el segundo paso!
- Tapa Dura