- En estos días, los términos “bueno” y “Dios” parecen sinónimos. Creemos que lo que generalmente se acepta como bueno debe estar en línea con la voluntad de Dios. La generosidad, la humildad, la justicia son buenas. El egoísmo, la arrogancia, la crueldad son malos. La distinción parece bastante clara.
¿Pero es eso todo lo que hay? Si lo bueno es tan obvio, ¿por qué la Biblia dice que necesitamos discernimiento para reconocerlo? Porque lo que parece bueno, no siempre viene de Dios. - Tapa Flexible